Asociación Española de Neurogastroenterología y Motilidad
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Técnicas para el estudio de la actividad motora digestiva: protocolos metodológicos

Estudio isotópico del tránsito esofágico

Introducción

El fundamento de las exploraciones isotópicas consiste en la detección de la radiación electromagnética (fotones gamma) emitida por un radiofármaco, durante su trayecto por el interior del organismo. Los radiofármacos utilizados en la exploración del aparato digestivo son unos complejos químicos constituidos por un radionúclido unido a una comida de prueba, que es la que determina su comportamiento biológico. La radiación puede ser detectada desde el exterior mediante una gammacámara y registrada en diversos soportes (fotografía, radiografía, etc…) o bien ser analizada y tratada mediante un sistema computarizado, obteniendo datos cuantitativos en diferentes regiones de interés.

El estudio del esófago por medio de isótopos radiactivos es la técnica desarrollada más recientemente para estudiar la función esofágica. Su empleo se ha centrado, fundamentalmente, en el estudio del tránsito esofágico isotópico (TEI)

El TEI es una exploración sencilla, de corta duración, no agresiva, fisiológica ya que se utiliza una comida (líquida o sólida) de características habituales, u sin complicaciones ni contradicciones. No obstante, dado que existe gran variabilidad metodológica, cada grupo de trabajo debe estandarizar la exploración y obtener sus propios datos de normalidad.

Realización técnica

Tipos de estudio

El estudio del tránsito esofágico isotópico se ha centrado, fundamentalmente, en la cuantificación del tiempo de transito y del vaciamiento esofágico, según se mida lo que tarda en recorrer un material marcado al tracto esofágico, o se calcule el porcentaje de alimento que queda retenido en el esófago tras la ingesta.

Áreas de estudio

Puede realizarse la zona orofaringea o el tramo esofágico.

Comida de prueba

  • Cuando se analiza el tiempo de tránsito se utiliza, generalmente, como alimento a marcar un bolo líquido, aunque también puede emplearse alimento sólido, siempre que consista en un único bolo.
  • El líquido empleado suele consistir en 10-15 ml de agua que contienen 100-300 [Ci de 99m Tc, que el paciente ingiere de una única deglución, seguida de degluciones secas cada 30 segundos, hasta un tiempo total de 2 minutos.
  • En el caso de utilizar un bolo sólido, la técnica es similar a la utilizada para líquidos, ingiriendo un bolo de 4 ml de gelatina (0,4g de gelatina comercial + 4ml de agua). El 99mTc se disuelve en la solución de gelatina y agua, siendo posteriormente refrigerado, obteniéndose el bolo sólido.
  • Cuando se analiza el vaciamiento esofágico, valorando el porcentaje de retención del alimento en esófago, se puede utilizar tanto un bolo líquido o sólido (composición similar a la descrita anteriormente), como una comida sólida.
  • El tipo de comida sólida se debe adaptar a los hábitos de la población. Habitualmente se utiliza una comida de 400 Kcal., compuesta por un bocadillo de tortilla o mantequilla, marcada con 300uCi de 99m Tc.

Procedimiento

Para realizar esta prueba es necesario que la zona a estudiar este libre de residuos; estos se consigue, por lo general, con unas horas de ayuno, aunque en ocasiones haya que recurrir al aspirado mediante sonda.

Como detector de la radiación emitida por el isótopo se emplea una gammacámara de alta resolución y baja energía, provista de un colimador de aberturas paralelas y unida a un sistema computarizado.

Tras la ingesta se realizan detecciones con el paciente colocado delante de la gammacámara, variando el procedimiento según el área a estudiar:

Estudio orofaríngeo

Se coloca en decúbito lateral, para eliminar la acción de la gravedad, y tras deglutir de una sola vez 10 ml de H2O , se realizan registros d la zona orofaringea cada 0,05 seg, durante, al menos, 10 seg.

Una vez realizado el registro, se realiza una sumación de las imágenes obtenidas, delimitándose las llamadas <<áreas de interés>> que corresponden a la boca, faringe, nasofaringe (si interesa) y esófago, construyéndose posteriormente las curvas de actividad / tiempo de cada una de ellas.

Estudio esofágico

Cuando se utiliza un bolo único (líquido o sólido) se coloca al paciente en decúbito supino y se van adquiriendo imágenes anteriores del esófago cada 0,5 seg. durante un periodo de 50 seg.

Cuando el estudio se realiza utilizando una comida sólida se coloca al paciente sentado de espaldas a la gammacámara, invitándole a la ingestión del alimento un tiempo no superior a 5 minutos. La radioactividad es esófago es medida a intervalos de un minuto durante un periodo de 15 minutos, iniciándose el contaje un minuto después de finalizar la ingesta de la comida.

Una vez recogida la información en el analizador de datos, se procede a la determinación de las áreas de interés, tomando como referencia el cartílago cricoides (que se marca en los primeros segundos de iniciada la exploración) y la unión gastroesofágica (fácilmente identificable).

Sobre la base de una imagen acumulada (total) de la actividad esofágica, se delimita mediante un lápiz óptico las áreas correspondientes al esófago y al tercio superior, medio e inferior del esófago, generándose las correspondientes curvas actividad-tiempo de cada una de las regiones.

Análisis de resultados

1. En el estudio orofaringeo se valoran, fundamentalmente, 2 parámetros:

a.- Tiempo de tránsito orofaringeo (expresado en seg.): Es el tiempo que tarda el bolo en llegar y atravesar el esfínter cricofaringeo. En nuestro laboratorio los valores normales (X ± DS) son de 0.64 ± 0.07 seg.

b.- Porcentaje de retención orofaringea (expresado en %): Determina la actividad residual en la orofaringe (o en cada área de interés), tras la deglución, con respecto al total del isótopo suministrado. Nuestros valores de normalidad son de 6.7 ± 3%, considerándose patológicos valores superiores al 13 %.

2. En el estudio esofágico utilizando un bolo líquido se valoran, fundamentalmente, 2 parámetros:

a.- Tiempo de tránsito esofágico (expresado en seg.): Es el tiempo que tarda el bolo en llegar y atravesar el esfínter esofágico inferior. Se calcula como el tiempo en que se vacía el 90 % de la actividad isotópica sobre el total de la curva actividad-tiempo esofágica. En nuestro laboratorio los valores normales son de 6.8 ± 2.5 seg., estableciendo el límite superior de normalidad en 12 seg.

b.- Porcentaje de vaciamiento esofágico (expresado en %): Determina la actividad residual en el esófago (o en cada área de interés), tras la deglución, con respecto al total del isótopo suministrado. Se calcula a los 30 seg. de la primera deglución (antes de la primera deglución seca) aplicando la siguiente fórmula: % Vaciamiento = [ (pico de actividad - basal) - (actividad retenida - basal)] / [(pico de actividad - basal) x 100]

Normalmente los porcentajes de vaciamiento son superiores al 90% y se consideran patológicos valores inferiores al 85%.

3. En el estudio esofágico utilizando una comida sólida se valora, fundamentalmente, el porcentaje de retención esofágico (expresado en %):

Determina la actividad residual en el esófago (o en cada área de interés), tras la ingesta, con respecto al total del isótopo suministrado.

El total de la actividad ingerida se obtiene sumando la actividad en el esófago (Ei) y en estómago (Gi) durante el minuto inmediatamente posterior al término de la ingesta.

La curva de vaciamiento esofágico construida, muestra el porcentaje de comida retenida en el esófago (o en cada segmento de interés) en cada minuto (m), según la siguiente fórmula:

% Retención m = Em / Ei + Gi

Habitualmente se valora el porcentaje de retención a los minutos 1, 5, 10 y 15 de finalizar la ingesta, en esófago total y cada uno de sus tercios.

Nuestros valores de normalidad a los 15 min. Son de 4.38 ± 1.32 %, considerándose patológicos valores superiores al 10%.

Utilidad de los estudios isotópicos esofágicos

El tránsito isotópico del esófago es una prueba complementaria de fácil realización, reproducible, incruenta con eficacia diagnóstica en al patología motora esofágica, lo que permite sugerir su inclusión en la pauta diagnóstica de los pacientes con disfagia; pero no hay que olvidar que los estudios isotópicos no son capaces de diferenciar las obstrucciones orgánicas de las funcionales ni permites filiar el tipo de trastorno motor existente.

Al cuantificar el grado de obstrucción funcional de la zona y obtener una buena correlación con el grado clínico de la disfagia y con las anomalías motoras detectadas por la manometría, es especialmente útil para valorar la respuesta terapéutica.

 
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